Construyendo un Nuevo Futuro: La Historia del Profesor Iván

Por Diego Montalvo
27 de enero de 2025
De Hermosillo a las Aulas
Hablar con el profesor Iván es escuchar una historia de cambios valientes y aprendizajes significativos. Con una sonrisa tranquila y palabras que reflejan seguridad, Mr. Iván me cuenta cómo un día decidió dejar Hermosillo, su tierra natal, para buscar mejores oportunidades en Cabo San Lucas.
“Principalmente fue la falta de trabajo en mi ciudad”, me dice mientras se acomoda sus lentes. “Allá, la bolsa de trabajo está saturada, sobre todo en mi carrera. Hay demasiados licenciados químicos biólogos clínicos, y simplemente no había lugar para todos”.
Esa saturación lo llevó a tomar una decisión difícil, mudarse a un lugar completamente nuevo.
“Claro que daba miedo”, confiesa. “Nunca me había independizado, ni tenía familia con quienes quedarme, lo desconocido siempre impone”.
Pero no estaba del todo solo. Los amigos de la universidad se convirtieron en una red de apoyo crucial que le ayudó a adaptarse al nuevo estado.
Hoy, Iván vive en una ciudad más pequeña, pero con mucho que ofrecer. “Lo que más me gusta aquí es la seguridad y lo cerca que está todo. Es fácil moverse de un lugar a otro”, comenta, aunque también señala algunos puntos negativos.
“Hay problemas de infraestructura, deficiencia de agua y contaminación porque muchas personas no cuidan este lugar. Pero, a pesar de eso, es un buen lugar para crecer”.
De alumno a maestro
Entre las cosas que más disfruta de esta etapa está su trabajo como profesor. Mr. Quintana encontró en la enseñanza su verdadera pasión.
“Lo que más me llena es ayudar a un alumno que está perdido o confundido”, dice con emoción. “Ese momento en el que por fin entienden algo que no podían comprender es increíble”.
Lo curioso es que, al escuchar al profesor Iván hablar de su vocación, me doy cuenta de que no solo se trata de transmitir conocimientos; también se trata de empatía.
“A veces se nos olvida que todos fuimos ese estudiante que no entendía las cosas”, reflexiona. Y eso lo motiva a ser el tipo de maestro que se preocupa por sus alumnos.
El camino para llegar hasta aquí tuvo sus influencias. Iván recuerda con cariño a su maestro de secundaria, Francisco Osuna.
“Gracias a él me acerqué al mundo de la ciencia. Él me daba física y química, y hasta hoy sigo pensando en cómo enseñaba, porque me inspira en mi propia forma de dar clases”.
Los retos y la enseñanza
Si bien es un maestro primerizo, Mr. Iván ha aprendido a conectar con sus alumnos.
“Al principio no saben qué esperar de ti como profesor”, dice entre risas. Pero con el tiempo, ha construido una relación de respeto mutuo, aunque reconoce que no todos los estudiantes sienten afinidad por la química.
“Siempre hay quienes no están interesados, pero lo importante es que la mayoría mantiene esa calidad de respeto que debe existir entre alumno y maestro”.
También tiene una frase que lo inspira día con día: “Si he llegado lejos, ha sido porque estoy parado sobre hombros de gigantes”.
Para él, esta idea resume su gratitud hacia las personas que lo han apoyado a lo largo de su vida. “Nada importante se logra solo”, asegura.
Un nuevo comienzo
Le pregunto si le gusta el lugar donde da clase, y su respuesta me deja claro que está en el lugar correcto.
“Diría que sí. La verdad es que el colegio El Camino es una comunidad muy cálida y participativa. Entre los alumnos hay compañerismo, integración y mucho respeto, y eso es lo que más me encanta”.
La historia de Iván es un recordatorio de que a veces es necesario salir de nuestra zona de confort para encontrar nuestro propósito. Su valentía para mudarse, su pasión por enseñar y su dedicación a sus alumnos son prueba de que, con esfuerzo y apoyo, se pueden construir nuevos comienzos llenos de posibilidades.